sábado, 18 de septiembre de 2021

FUGA DE LA MUERTE

 Negra leche del alba la bebemos de tarde
la bebemos a mediodía de mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos...


Así empieza el poema más representativo de los ochocientos que publicó Paul Celan, uno de los poetas más importante del siglo XX europeo.
Ser judío en tiempos de los nazis, ser además rumano y para colmo escribir en alemán, porque esa es tu lengua materna, es contar con casi todos los números para vivir una vida traspasada por el dolor, la angustia y la desesperación. Y Paul Celan no escapó a su destino. No pudo.
Celan nació el 23 de noviembre de 1920 en Czernowitz, capital de la Bucovina, región al borde de los Cárpatos, que recibe su nombre debido a los muchos y bellísimos hayedos (en las lenguas eslavas la raíz buc significa haya.) que se suceden en su territorio. Era también una región con una gran diversidad étnica y cultural, que hasta el final de la primera guerra mundial había pertenecido al Imperio Austro-Húngaro. Por aquel entonces, la capital contaba con más de cien mil habitantes, la mitad de ellos judíos de habla alemana. Hoy forma parte de Ucrania.
La segunda guerra mundial interrumpió los estudios de medicina de Celan. En 1941, tropas alemanas ocupan la Bucovina, después de la retirada de los rusos, que la habían ocupado en 1940. Es entonces cuando el poeta recibe un golpe terrible, del que no lograría recuperarse en el resto de su vida. 
Hijo único, con su padre tuvo diferencias de carácter e ideológicas que pronto resultaron insalvables. Celan por ejemplo rechazaba el sionismo paterno y, en contra de su criterio, recaudaba dinero para la causa republicana en la guerra española. Dos poemas suyos, Todo en uno y Shibbólet, incluye la expresión "¡No pasarán!", exactamente así, en castellano. A su madre, en cambio, la adoraba. Judía ortodoxa, ella, con su ejemplo, imbuyó en el niño el amor a la lectura y a la poesía.
Si nada bueno había tenido para los judíos la experiencia con los rusos, la llegada de los alemanes, precedidos por tropas del pronazi ejército rumano, supuso una verdadera catástrofe. Sólo en los primeros días asesinaron a más de tres mil judíos, empezando por su líderes y rabinos, prendieron fuego a la sinagoga y unos cuarenta y cinco mil los recluyeron en el antiguo gheto de la capital. De allí, los fines de semana realizaban sacas que deportaban a campos de concentración. A través de una amiga, Ruth Lackner, actriz del Teatro Estatal Yiddish, se le ofreció a la familia de Celan la oportunidad de refugiarse en una fábrica de detergentes y jabones propiedad de un acaudalado y compasivo rumano. 
Los padres se negaron a abandonar la ciudad, convencidos de que nada se puede hacer contra el destino. Celan, enfadado por primera vez con su madre, le reprochó su fatalismo, rogándole que aceptara la oferta de su amiga y, dando por sentado que los había convencido y que sus padres se reunirían con él, recogió a su amiga y salió para el refugio. Pero los padres no lo siguieron. Los alemanes se apoderaron de ellos aquel mismo fin semana, los trasladaron al campo de concentración de Mijailovka, a orilla del río Bug. Celan no volvió a verlos nunca más y allí se torció para siempre su vida. El resto de ella se sintió culpable de no haber insistido más hasta llevárselos con él al refugio. Luego, el poeta viviría, sobre todo, en París, se casaría y tendría un hijo, escribiría y traduciría, recibiría premios y el 20 de abril de 1970, se quitaría la vida arrojándose al Sena desde el nada romántico puente Mirabau.
No es fácil la poesía de Celan, porque sus poemas rebosan de referencias personales y de datos y símbolos históricos, filosóficos, científicos e incluso teológicos, pero, aun desconociendo tales símbolos y datos, su lectura resulta siempre inquietante y emotiva, un verdadero revulsivo para el lector. 


El poema cuyos primeros versos inician esta entrada tiene el título de
Fuga de la muerte, hace referencia al holocausto, estremecido el poeta por lo sucedido a sus padres. Aquí va entero:

Negra leche del alba la bebemos de tarde
la bebemos al mediodía de mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho
Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus mastines
silba a sus judíos hace cavar una fosa en la tierra
nos ordena tocad a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana a mediodía te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete
Tu pelo de ceniza Sulamit cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho

Grita hincad los unos más hondo en la tierra los otros cantad y tocad
agarra el hierro del cinto lo blande son sus ojos azules
hincad los unos más hondo las palas los otros seguid tocando a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía de mañana te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamit juega con las serpientes
grita que suene más dulce la muerte la muerte es un Maestro Alemán
grita más oscuro el tañido de los violines así subiréis como humo en el aire
así tendréis una fosa en las nubes no se yace allí estrecho

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un Maestro Alemán
te bebemos de tarde y mañana bebemos y bebemos
la muerte es un Maestro alemán su ojo es azul
él te alcanza con bala de plomo su blanco eres tú,
vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margarete
azuza sus mastines a nosotros nos regala una fosa en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un Maestro Aleman

tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamit

Las insistentes repeticiones semejan la composición musical de la fuga, anunciada en el título del poema, pero aun sin caer en la cuenta de esto, resultan estremecedoras.
Margarete es la amada del Fausto de Ghethe
Sulamit es la Sulamita, amante de Salamón en el Cantar de los Cantares.
El poema, escrito en 1948, figura en los libros de texto de los estudiantes de primaria en Alemania.
La totalidad de la poseía de Celan ha sido publicada en edición bilingüe, castellano-alemán por la Editorial Trotta, siento esta la primera vez que toda ella se traduce a un idioma extranjero.


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