"Que la vida iba en serio..."
Así comienza uno de los poemas más famosos de Jaime Gil de Biedma (1929-1990)
El poema es una maravilla, pero don Jaime se equivocaba. La vida que va a ir en serio ni en serio. La que va en serio es la muerte. La gente hoy vuelve la cabeza y se niega a recordarlo, pero la muerte mata y mata porque sí, no como Belén Esteban, que mata por su hija.
La vida es un follón, un guirigay, un galimatías, un lío, que nosotros, además, nos encargamos de embrollar aún más. Don Jaime debió de comprenderlo cuando el Partido Comunista se negó a admitir su ingreso, a pesar de los serios avales que llevaba, no porque fuera un miembro de la alta burguesía, es decir, de la clase explotadora, sino porque era homosexual, maricón, en el lenguaje de la época.
Si será seria la muerte que en mi larga carrera de sepulturero jamás vi a un muerto no digo ya riendo, sino ni siquiera esbozando una sonrisa. Y tuve la oportunidad de ver a decenas, a cientos.
P.S. He aquí el poema completo de don Jaime
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