sábado, 23 de julio de 2022

HAMBRE EN ÁFRICA

 
"Lo que los seres humanos le estamos haciendo al planeta sólo puede calificarse de criminal, en el más amplio sentido de la palabra. Hasta no hace tanto, nuestros crímenes los cometíamos sobre otros seres humanos, o sobre los animales o las plantas. Ahora, sin embargo, con la acción de unos y el espantoso silencio de la mayoría, el crimen va directamente contra la tierra, un crimen que, paradójicamente, es también un suicidio."
Una vez por semana, los jueves, vienen a mi casa mis amigos Ernesto Caraba y Sancho Dávila. El jueves pasado, como no podía ser menos hablábamos de la guerra de Ucrania y el que, de repente, soltó la parrafada anterior fue Sancho Dávila. La verdad, nos sorprendió un poco, porque Dávila es un hombre muy comedido, más bien taciturno, casi melancólico y conciliador, un hombre que difícilmente daba una opinión tan rotunda. Pero el caso es que no se detuvo allí, sino que prosiguió:
"Vaya por delante que la práctica totalidad de las grandes empresas de nuestro país y de fuera de él crean fundaciones no para proteger o promocionar nada o para ayudar a nadie, esa es la excusa, las crean realmente para evadir impuestos. Pasan por organizaciones benéficas, pero la realidad es que si destinan a una causa equis importe económico es para ahorrarse como mínimo dos equis en impuestos. 

"Os pondré el ejemplo de una de estas organizaciones, la del famoso Bill Gates y señora, la BMGF, por sus siglas en inglés, que se parece como un huevo a otro huevo a la del gallego ese que va regalando (eso cree la gente) máquinas médicas a la Seguridad Social. Bien, pues la BMGF no sólo evade impuestos, sino que su principal actividad consiste en lucrarse y facilitar el lucro de unas cuantas grandes empresas con las que está compinchada.
"Acabamos de comentar cómo la guerra de Ucrania está aumentando considerablemente los problemas alimenticios en África. Veinticinco países africanos importan un tercio del trigo que necesitan de Rusia y de Ucrania; dos países, además, Benín y  Somalia, importan el cien por cien. Este trigo no está llegando ahora, con lo que el hambre y, como consecuencia de ella, la muerte de decenas, cientos de miles de personas está servida. Es verdad que no son rubios ni tienen los ojos azules y esta circunstancia hace mucho menos dramática la situación para nosotros, los occidentales.
"Pero no para todos. La fundación BMGF, junto con otras organizaciones no gubernamentales, en apariencia, al menos, llevan años tratando de que África aumente su producción agrícola para llegar, como mínimo, a autoabastecerse. Una actividad loable, ¿no es cierto?."
Sancho Dávila dejó la pregunta en el aire durante unos segundos que parecían no terminar nunca, paseo sus ojos por los nuestros y, tras carraspear ligeramente, prosiguió:
"La BMGF forma parte de una organización mayor denominada Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés). Esta organización tiene un presupuesto de unos mil millones de dólares al año, de los cuales, la fundación BMGF, siempre tan generosa, aporta seiscientos cincuenta millones. Sin embargo (cómo miente esta gente y cómo juega con nuestras cabezas, mejor, muchísimo mejor que aquellos jíbaros que las cortaban y las reducían casi al tamaño de un llavero) tal cuantiosa aportación tiene truco. ¿Sabéis cuál es? que tan rimbombante revolución consiste en implantar monocultivos, principalmente de maíz y de arroz, con el uso intensivo de fertilizantes químicos y de semillas mejoradas, es decir, tratadas genéticamente. Todo ello en detrimento de cultivos autóctonos tradicionales como el sorgo, el mijo, la batata, etc. que se obtenían de forma natural.

"Por si no lo sabéis, el principal suministrador de los productos químicos es la multinacional Monsanto. Entre los maravillosos pesticidas que esta empresa produce y comercializa está el Roundup, el herbicida más vendido en el mundo, cuyo principal activo es el glisofato, un componente, como mínimo peligroso, del que algunos estudios independientes han llegado a la conclusión de que produce el linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer que ataca a los linfocitos. De hecho, algunos países como Sri Lanka y Colombia ya lo han prohibido y Francia está en camino de hacerlo. 
"Sea como sea, en un extraordinario ataque de altruismo, en 2010, la BMGF compró 500.000 acciones de Monsanto, empresa que algún tiempo después fue adquirida por la alemana Bayer, principal productora mundial de productos fitosanitarios. Por si la cosa no va quedando suficientemente clara, cabe añadir que de esos seiscientos cincuenta millones de dólares aportados por la BMGF a la AGRA sólo se destinó como ayuda directa a los agricultores un tercio de ellos, aproximadamente, yendo a parar el resto a grandes empresas y grupos que promueven el citado monocultivo intensivo, forma brutal de cultivar la tierra que en modo alguno ha conseguido acabar, ni siquiera frenar el hambre en África. Lo que sí ha conseguido es acabar con el ochenta por ciento, 80%, de la biodiversidad africana.
"Pero en relación con la BMGF, que era el ejemplo que os había puesto, la realidad  es que no sólo no produce en África resultado benéfico alguno, sino que, independientemente de los beneficios que debe estar obteniendo de aquellas quinientas mil acciones, así como la exacción correspondiente de impuestos, la fundación del señor Bill Gates no es más que un caballo de Troya de las grandes compañías productoras de semillas y de pesticidas, que encuentran en la explotación sistemática de África uno de sus principales caladeros de beneficios económicos."
Sancho hizo una nueva pausa y nos miró uno a uno detenidamente, como si pretendiera comprobar el efecto de sus palabras. Sus ojos chispeaban, poniendo de relieve una exaltación que no le habíamos visto nunca.


"Supongo que así se entiende algo mejor lo que es el capitalismo explotador; se entiende que ya no es necesario el colonialismo físico para seguir esquilmando a África y a los africanos; y se entiende, creo yo, la tragedia de hace unas semanas en Melilla. Una tragedia que volverá a repetirse, que no nos quepa la menor duda, porque, si no se revierte esta situación, y no se va a revertir, la emigración de subsaharianos no se va a detener, por más vallas, rejas o muros que levantemos.
"Supongo que, como me conocéis, no pondréis en duda nada de lo que os he dicho, pero, por si dudáis, sabed que los datos los he tomado de un clarificador artículo publicado este mes en Le Monde Diplomatíque."
Qué podíamos decir, aparte de callar, consternados. Nada. Y eso fue lo que dijimos, nada.


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