domingo, 1 de octubre de 2023

LA FIESTA DE LAS CANDELAS

Cuenta Herodoto (484-425 a.C.) que en la ciudad egipcia de Sais existía un santuario dedicado a la diosa Neith. En sus cortinajes se encontraba la siguiente leyenda: "Soy todo lo que ha sido es y será. Ningún mortal ha sido capaz de alzar el velo que me cubre."
En el panteón egipcio la diosa Neith ocupa un lugar de privilegio. Se tiene constancia de su existencia desde la época predinástica, alrededor de unos 4.000 años a.C. y pervivió a lo largo de todas las dinastías, hasta la última, la Ptolomeica, en el siglo I de nuestra Era.
Para los egipcios, Neith fue la creadora del universo, de la tierra y de todo lo existente, la diosa madre generativa y germinativa.
Con el paso del tiempo se le fueron añadiendo invocaciones. Así, fue señora de la guerra, lo que le daba un carácter oscuro, amenazador; pero fue también propiciadora de la fertilidad humana, motivo por el que la veneraban las mujeres. Era la protectora de las almas de los muertos, habiendo sido ella la que creó los tejidos que se usaban como vendajes en la momificación de los cadáveres. Como creadora del mundo era madre de todos los dioses y fue especialmente protectora de Osiris, el dios que murió y resucitó, lo mismo que Cristo, pero bastantes siglos antes.
Situada al oeste del delta del Nilo, Sais fue una importante ciudad egipcia, sede de las primeras dinastías. Herodoto, que viajó por Egipto y tuvo importantes contactos con los sacerdotes, cuenta que los habitantes de Sais eran grandes devotos de Neith, a la que tenían por patrona de la ciudad (lo mismo que hoy muchas vírgenes son patronas de nuestros pueblos y ciudades, no hay nada nuevo bajo el sol). En su honor habían levantado un fastuoso santuario, detrás del cual, según Herodoto, se encontraba la tumba de Osiris. Anualmente se celebraba una gran fiesta en honor de la diosa, durante la que los habitantes de Sais iban en procesión al templo portando antorchas en llamas. Era la Fiesta de las Candelas, la Candelaria, fiesta que celebraba hacia el  final del invierno y que servía también para impetrar la fertilidad de las mujeres.
Esta fiesta pasó al calendario romano bifurcada en otras dos que tenían lugar en el mes de febrero, último mes del año romano, después de la sustitución por parte de Julio César del viejo calendario lunar por el solar de 365 días y 6 horas por año, mucho más exacto. El mes, dedicado a Februus, dios de los muertos y de la purificación, estaba destinado a la expiación de las culpas, pero también a la salida de la oscuridad del invierno y la proximidad de la primavera. El día dos tenía lugar la Fiesta de las Candelas: mujeres en procesión portando antorchas conmemoraban la bajada de Démeter al Hades para rescatar a su hija Perséfone, condenada a vivir seis meses en el Hades y seis meses en tierra, es decir, el otoño y el invierno seguidos de la primavera y el verano. Toda la ciudad se iluminaba con lámparas y antorchas.
El día 15 se celebraban las Lupercales, fiesta de la fecundidad. Tenía su justificación en el reinado de Remo, el que, junto con su hermano Rómulo, fue amamantado por una loba. En esta época, las mujeres sufrieron una persistente esterilidad, para la superación de la cual se pidió consejo a la diosa Juno. "Mujeres del Lacio, que os fecunde un macho cabrío dotado de vello.", fue la respuesta de la diosa que no dejaba muy bien parados a los hombres. Lupercal viene precisamente de lupus, que significa lobo, y de hurco, macho cabrío. Este día se sacrificaba una cabra y los lupérculos, jóvenes agraciados, salían en procesión desnudos y con tiras de la piel del animal, con ellas golpeaban a las mujeres que se sumaban a la fiesta, para conseguir la fertilidad. La fiesta, que empezaba con bastante seriedad, se iba convirtiendo en una juerga carnavalera a medida que la procesión avanzaba, terminando en cantos y obscenidades de todo tipo.
Esta fiesta se siguió celebrando tal cual en los primeros siglos del cristianismo y por cristianos. Así se celebraba todavía en el siglo V. A finales de este siglo, el papa Gelasio I (494-496), reaccionó tomando dos medidas, por la primera prohibió la celebración de las lupercales y, por la segunda, le dio un giro cristiano a la Fiesta de las Candelas, motivándola en la presentación de Jesús en el templo y en la purificación de la Virgen tras el parto. 
Las fiestas que tienen su origen en las más remota antigüedad y están referidas a los tiempos agrícolas son prácticamente imposibles de suprimir. Lo que ha hecho la Iglesia es cristianizarlas. La Fiesta de las Candelas siguió celebrándose más o menos como se hacía en el antiguo Egipto; la de las Lupercales se transformó en nuestro carnaval, corto periodo de tiempo en que la Iglesia toleraba el jolgorio y aún cierto libertinaje, porque a continuación tenía preparada la Cuaresma, tiempo de penitencia y de expiación.
Con todo, la fiesta de la Candelaria no adquirió su carácter totalmente cristiano hasta que hacia el año 1400 (ni siquiera hay una fecha exacta), ¡cataclás!, dos guanches, habitantes autóctonos de las Canarias, encontraron en la playa una imagen de la Virgen que respondía a la idea que se tenía de María en la presentación del Niño en el templo. A partir de entonces la celebración lleva el nombre de Fiesta de la Virgen de la Candelaria. Aún así, en algunos sitios, especialmente en Sudamérica y, más en concreto, en  Pruno (Perú) y en México, esta fiesta es una mezcla de las Lupercales y la Candelaria.
La inmensa mayoría de las celebraciones cristianas tienen un origen y un recorrido semejantes, desde la de la Cruz, en el mes de mayo, en que lo que realmente se celebra, o se celebraba, porque hoy es un mero negocio hostelero, era el Mayo, traslado y adorno de un árbol del bosque a la aldea; hasta la Navidad, en que lo que se celebra no es el nacimiento de Cristo, que no se sabe cuándo fue, sino el triunfo del Sol Invicto, después de la noche más larga del año.

Fuentes: 
Herodoto.- Los nueve libros de Historia
Revista Tiempo
Platón.- Timeo
Tácito.- Anales
Horacio.- Himno al Fauno. Poema 18, III Libro de Odas
Revista Acrópolis.

Imágenes: Internet.

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