sábado, 16 de octubre de 2021

PATRIA


 

¿Saben? Adoro la palabra patria.
Cada vez que la escucho por la radio
o a través de la pantalla mágica de la televisión
se me iluminan los ojos con esquirlas de tigre
y arde en mi corazón
una zarza que nunca se consume.

Sí, adoro la palabra patria,
es una de mis debilidades.
A veces me pongo delante de un espejo
o de una rosa de Jericó, delicada
como un botón de nieve,
y la pronuncio durante horas y horas
dejándome empapar por el eco insondable
de su purpúrea trascendencia.
¡Ah, qué flor de navíos, qué deleitoso estrépito
de espadas, que aroma de banderas, de jinetes de cruces!

Es la hora del café, lo reconozco,
y no es momento para ponernos serios.
Pero háganme el favor, repítanla conmigo
mientras dejamos que el humo de las tazas
oree los corazones.
¡Patria! ¡Patria!
¿No sienten el vagido de la tierra abriéndose en mil surcos trepidantes?
¿No sienten el calambre de la dicha
fertilizando lo mejor del huerto?

¡Patria! tanto vagar sin rumbo por caminos de niebla,
tanto indagar entre pedruscos fríos,
tanto buscar el qué, el cómo, el dónde,
tanto dolor y tanta lágrima,
y la respuesta estaba aquí,
en la cima sublime de esta pulcra cochambre.


Propiedad del autor.
Imagen de internet.

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